En el mundo de los gallos finos de combate, una de las discusiones más frecuentes entre criadores experimentados es determinar quién aporta más a la calidad de la descendencia: ¿el gallo o la gallina? Esta pregunta ha generado debates por décadas, y aunque cada criador tiene su opinión basada en su experiencia, la ciencia y la genética pueden darnos pistas claras para entender cómo influyen ambos progenitores.




La genética en gallos finos: bases para entender la herencia

Cada polluelo hereda el 50% de su carga genética del padre (gallo) y el 50% de la madre (gallina). Sin embargo, no todos los genes se expresan de la misma manera: algunos son dominantes, otros recesivos y otros están ligados al sexo.
Esto significa que, aunque la contribución genética sea en teoría igual, el impacto real en las cualidades de combate puede variar dependiendo de la línea de sangre, el tipo de cruce y la selección realizada.


El papel del gallo en la cría

El gallo es, en muchos casos, el protagonista visible de un criadero. Sus características físicas y temperamentales suelen llamar más la atención, y su reputación puede elevar el valor de las crías.
Las cualidades más influidas por el gallo incluyen:

  • Estilo de combate: agilidad, agresividad controlada, inteligencia en la pelea.
  • Potencia física: fuerza de patas, velocidad de ataque, resistencia muscular.
  • Presencia y postura: porte erguido, tamaño adecuado, equilibrio corporal.
  • Color y plumaje: en muchas líneas, el color del gallo tiene alta probabilidad de transmitirse.

Muchos criadores sostienen que un gallo excepcional puede "marcar" toda una generación, especialmente si se utiliza en múltiples montas con diferentes gallinas.


El papel de la gallina en la cría

Aunque menos vistosa que el gallo, la gallina es clave para la solidez genética y la salud general de la descendencia.
Sus aportes más significativos incluyen:

  • Resistencia y recuperación: una buena gallina aporta genética para huesos fuertes, resistencia al desgaste y recuperación rápida tras el combate.
  • Instinto y temperamento: aunque el estilo de pelea lo suele marcar el gallo, la valentía y resistencia al dolor muchas veces provienen de la línea materna.
  • Salud y longevidad: el sistema inmunológico fuerte y la adaptación a distintas condiciones suelen heredarse por línea de la madre.
  • Crianza natural: una gallina con buen instinto materno garantiza polluelos más sanos en las primeras semanas.

En genética aviar, algunos rasgos están ligados al cromosoma Z (los machos son ZZ y las hembras ZW). Esto significa que ciertos rasgos de combate se transmiten de forma más marcada a través de la gallina, lo que explica por qué algunos criadores dan más peso a la línea materna.


La importancia del pedigrí y la línea de sangre

En gallos finos, no basta con tener un buen gallo y una buena gallina: es fundamental que ambos pertenezcan a líneas de calidad comprobada.
Un gallo campeón con una gallina de procedencia incierta puede producir crías inconsistentes.
En cambio, un gallo bueno y una gallina de una línea estable y probada suelen generar resultados más predecibles.


Estudios y experiencias de criadores

En entrevistas con criadores reconocidos, se repite un patrón interesante:

  • Algunos afirman que el 70% de la calidad del pollo viene de la gallina, sobre todo en aspectos de resistencia y corazón para pelear.
  • Otros sostienen que el gallo es el 60% del éxito, porque imprime el estilo y la fuerza que se ven en la pelea.
  • Los más técnicos dicen que ambos aportan 50 y 50, pero la diferencia está en cómo se combina la genética.

Estrategias de cría para maximizar aportes

Para aprovechar lo mejor de cada progenitor, los criadores experimentados recomiendan:

  1. Seleccionar gallos probados
    No basta con que luzcan bien: deben tener historial comprobado de pelea y crías ganadoras.

  2. Usar gallinas de líneas consistentes
    Gallinas hermanas de campeones o hijas de reproductoras famosas son garantía de transmisión de calidad.

  3. Probar la combinación
    Algunas parejas producen crías sobresalientes, otras no. Es clave llevar registro y evaluar los resultados antes de repetir la cruza.

  4. Evitar el exceso de consanguinidad
    Un imbreeding bien planificado fija características, pero debe controlarse para no perder vigor.


El factor invisible: epigenética y ambiente

No todo es genética. La epigenética estudia cómo los factores externos (alimentación, manejo, clima, entrenamiento) influyen en la expresión de los genes.
Un gallo hijo de campeones puede no rendir si crece en malas condiciones, mientras que un ejemplar con genética promedio puede sobresalir con manejo óptimo.


¿Quién aporta más?

En la cría de gallos finos, tanto el gallo como la gallina aportan de forma crucial, pero en aspectos diferentes.
El gallo tiende a definir el estilo de pelea, la potencia y la presencia, mientras que la gallina refuerza la resistencia, la salud y la consistencia genética.
La clave no está en elegir quién aporta más, sino en combinar lo mejor de ambos para producir gallos que no solo peleen bien, sino que tengan longevidad, fortaleza y corazón para ganar.

En resumen, la controversia continuará en las pláticas de gallera, pero los resultados reales siempre se verán en la calidad de las crías, no en la teoría. Un buen criador sabe que la pareja correcta vale más que el mérito individual.

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